lunes, 18 de febrero de 2019

Ensayo


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SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA, UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL

UNIDAD 213 TEHUACÁN
 

                   Modelo Organicista

2° Semestre Grupo “B” de la Licenciatura en Pedagogía

Curso: Desarrollo Aprendizaje y Educación

Nombre del Asesor: Mtro. Sacramento Sandoval Chopin
Presenta:

Vergara Guzmán Diana
Ciudad Serdán, Pue. Febrero 14 de 2019.
SUBSEDE CIUDAD SERDÁN


Introducción
 Dentro de este ensayo vamos a explicar cómo es que funciona el modelo organicista; se aplica a las teorías del desarrollo que toman el «organismo vivo» en interacción con su medio, como principal analogía para interpretar la conducta y sus cambios evolutivos, junto con el «mecanicista» y «contextualista », forma el conjunto de paradigmas básicos dentro de los cuales se han clasificado las distintas teorías en Psicología Evolutiva.
Comenzaremos desde lo  básico que es saber que es 


Se aplica a las teorías del desarrollo que toman el «organismo vivo» en interacción con su medio, como principal analogía para interpretar la conducta y sus cambios evolutivos, junto con el «mecanicista» y «contextualista », forma el conjunto de paradigmas básicos dentro de los cuales se han clasificado las distintas teorías en Psicología Evolutiva. El organicismo es un modelo que concibe al individuo como un sistema organizado, como un todo formado por partes que interactúan y que tienen sentido únicamente en función de estas relaciones que mantienen con el resto de elementos. Así, dentro de las ideas nucleares, esta concepción holista, sistémica, en la que lo que importan son las estructuras internas y las relaciones que se establecen entre ellas más que los elementos concretos, es quizá la más compartida. La metáfora es el organismo vivo, el sistema que presenta una organización vital. Las raíces filosóficas de este modelo las encontramos en las corrientes racionalistas, en las propuestas de Descartes y, sobre todo de Kant. Para este autor el conocimiento de adquiere mediante un proceso den el que la mente humana impone cierto orden a los datos capturados a través de los sentidos.
Este orden no está en los datos, sino que es impuesto por la persona. Quizá la característica esencial del modelo organicista es que un nivel de organización no puede ser reducido a las propiedades o leyes que rigen los niveles de organización inferiores: el todo es más que la suma de las partes. Cada nivel organizativo incorpora leyes, propiedades o características ‘emergentes’ que no están en las unidades que lo componen. Este supuesto es la esencia de lo que se conoce como punto de vista epigenético: el desarrollo se caracteriza por la aparición de nuevas formas y características a lo largo de la ontogénesis, cada nuevo nivel tiene una complejidad nueva que aparece y no está presente en los niveles organizativos inferiores o más elementales. De esta manera, la epigénesis implica una postura radicalmente antireduccionista. Obviamente, esta doctrina de la epigénesis implica, a diferencia de lo que sucedía con el mecanicismo:
• Una visión del desarrollo caracterizada por la discontinuidad, por un desarrollo a saltos.
• Una visión del desarrollo como la aparición de formas cualitativamente diferentes a lo largo del tiempo. Cada nueva forma que aparece no puede ser comprendida remitiéndonos a formas anteriores más simples, porque tiene propiedades que, sencillamente, no existen en esas formas más elementales.
El desarrollo implica la aparición de estructuras distintas a las previas, pero que no pueden entenderse sin ellas. Por ello para algunos autores, el desarrollo implica una diferenciación progresiva, una integración creciente, mientras que, al mismo tiempo, para algunos de ellos esa diferenciación se logra a través de procesos de desequilibrio y equilibración. De cualquier manera, el desarrollo desde este punto de vista implica que los cambios son unidireccionales, irreversibles, con una orientación hacia ciertos estados finales. La tendencia hacia estos estados finales determina el desarrollo. De esta manera, aunque las causas eficientes pueden facilitar o modular el cambio, se enfatiza la importancia de las causas formales o de las causas finales en la explicación del desarrollo. Esto implica que la descripción adquiera en numerosas ocasiones mayor sentido que la predicción. La postura epistemológica más típica de los modelos organicista, tal y como plantean este metamodelo Reese y Overton (1970) o Coll (1979), es la constructivista: el sujeto participa activamente en la construcción de la realidad conocida. El mundo exterior existe, pero el conocimiento de él que tenemos incluye sus propiedades más las aportaciones de nuestro propio acto de conocer. Sólo podemos acceder al mundo a través de nuestras estructuras cognitivas. Sin embargo, este constructivismo es individualista, ya que es el sujeto quien, por su propios medios, se convierte en conocedor, en constructor de su propio conocimiento. Aunque este constructivismo, como veremos, no caracteriza a todos los modelos organicistas, sí que es común el presupuesto de un organismo visto como relativamente activo, que se desarrolla en un escenario, en un ambiente, relativamente pasivo. En suma, Lerner atribuye al organicismo las siguientes características:
• Es un punto de vista epigenético.
• Es un punto de vista antireduccionista.
• Es un punto de vista que apuesta por la discontinuidad.
• Es un unto de vista que confía en la integración relacional de elementos.
El modelo propotípico dentro del organicismo es el modelo de Piaget. Desde este modelo, el individuo es un constructor activo de sus propios conocimientos y el desarrollo se entiende como la progresiva construcción y reconstrucción de estructuras internas que forman un todo lógico. El individuo va pasando por etapas (reestructurado esos sistemas internos para hacerlos más eficientes, más adaptativos) hasta llegar a un estadio final de desarrollo máximo.
El modelo de Piaget ha influido en la aparición de otros que intentan ajustarlo para dar cuenta de algunas de sus supuestas anomalías. Este ajuste en muchos casos viene de la mano de incorporación de elementos de otros modelos.
Estos modelos deben entenderse como metáforas de la realidad y no como un reflejo de la misma. Por lo tanto, los modelos de carácter teórico no son en sí mismos ni verdaderos ni falsos, sino que resultan más o menos útiles como herramientas heurísticas para generar investigaciones (Marchesi, Palacios & Carretero, 1983; Pérez Pereira, 1995; Fernández Lópiz, 2000).Específicamente en relación al propósito de la Psicología Evolutiva, la explicación de los cambios del comportamiento en la dimensión temporal, Overton y Reese6 diferencian dos modelos o paradigmas7 subyacentes a cada teoría psicológica evolutiva; éstos remiten a posiciones antitéticas las que, esquemáticamente, se caracterizan por:

Los modelos son sistemas conceptuales de una extensión mayor que las teorías, por esta razón, teorías que proponen diferentes constructos para explicar los fenómenos estudiados coexisten al interior de un mismo paradigma o modelo (Coll, 1979). Particularmente en el trabajo en Psicología Evolutiva, es pertinente considerar el planteo de Fernández Lópiz (2000) acerca de la compatibilidad entre distintas propuestas teóricas. Según este autor, el principal interés de la oposición entre estos modelos - mecanicista y organísmico - reside en que muestran “el carácter irreconciliable entre ambos y la imposibilidad de combinar o integrar aspectos de teorías pertenecientes a paradigmas diferentes” (Fernández Lópiz, 2000:31). En otros términos, se plantea que las teorías que remiten a un mismo modelo pueden diferir en cuanto a la dimensión del desarrollo estudiado pero no por ello ser incompatibles.

Conclusión.
Mediante este modelo podemos describir a el ser humano desde una visión del desarrollo caracterizada por un organismo y no como un mecanista ya que el individuo se concibe como un ser organizado o activo una visión del desarrollo como la aparición de formas cualitativamente diferentes a lo largo del tiempo. Cada nueva forma que aparece no puede ser comprendida remitiéndonos a formas anteriores más simples, porque tiene propiedades que, sencillamente, no existen en esas formas más elementales. Por ejemplo: una máquina de pan solo se enfoca en hacer un solo producto, la maquina no crece, se mantiene estática, tiene un sistema cerrado y cuando se produce un cambio está mal o tiene un mal funcionamiento; sin embargo si la comparamos con una planta; la plata crece y da frutos puede estar en continuo cambio sin perder su esencia, mejor dicho el cambio está en su esencia y se puede adaptar al ambiente teniendo un sistema abierto. A lo que podemos decir que el sistema organicista es lo contrario al mecanicista.

Conclusión
Mediante este tema abordado pude conocer cómo es que trabaja un sistema mecanicista y como es que trabaja un modelo organicista, ya que sin querer tendríamos que tocar el tema mecanicista para poder explicar el modelo organicista.
El modelo organicista trabaja en función del medio ambiente, ya que se puede  adaptar al ambiente sin que pierda su esencia, ya que puede estar en continuo cambio o desarrollo a diferencia del mecanicista que al producirse el cambio ya está haciendo referencia a que algo anda mal. El desarrollo implica la aparición de estructuras distintas a las ya establecidas, pero que no pueden entenderse sin ellas.

Vergara Guzmán Diana
Bibliografía
http:www.academia.edu/23776422/Modelo_mecanista_evolucista_y _organicista
Organicista (Psicologia del desarrollo) © https://glosarios.servidor-alicante.com
Formatos PDF:
 el_nino_como_objeto_de_estudio.pdf
cap_02_encrucijadas_modelos.pdf